Gracias Raúl. Cecilia es mi señora, pero ahí éramos novios todavía. Estábamos acostados en el piso y no pude resistirme. Tiene la misteriosa cualidad de embellecer cuando duerme; entra en comunión con la almohada y ahí, en ese instante, queda blanda y es como si la ternura encarnara en ella. Ella era una con la almohada, con todo lo que ello implica. No era preciso siquiera tocarla, la sabía tibia y buena, y eso créeme me susurraba paz.
QUÉ HERMOSO ES MARTÍN, NO ME CANSO DE MIRARLO...
ResponderEliminarTE SIGO
Gracias Raúl. Cecilia es mi señora, pero ahí éramos novios todavía. Estábamos acostados en el piso y no pude resistirme. Tiene la misteriosa cualidad de embellecer cuando duerme; entra en comunión con la almohada y ahí, en ese instante, queda blanda y es como si la ternura encarnara en ella. Ella era una con la almohada, con todo lo que ello implica. No era preciso siquiera tocarla, la sabía tibia y buena, y eso créeme me susurraba paz.
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